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Verme de nuevo, en eso he estado las últimas semanas, adaptándome a tantos cambios presentes este año, encontrándo mi lugar en un nuevo espacio físico, tomando nota de mis emociones, viendo en qué otros momentos de mi vida muy diferentes a este, han aparecido.

Encontrando cosas por mejorar en mi, para mi bienestar y a favor de mi calidad de vida. Definiendo un par de cosas que quiero tener cerca la mayor cantidad de tiempo posible  y otras que puedo negociar conmigo misma.

Intentando tener menos interacción con las personas de manera virtual a cambio de más encuentros con abrazos, charlas, descubirimientos, café, etc.

Viendo un par de metas nuevas, de retos personales que deberé cruzar con un gran esfuerzo, un poco de miedo e inmensamente motivada porque sé que serán posibles aunque desconozca el cómo, sé que suena un poco en clave pero me parece que cuando lo hago así mi escrito puede ser más útil a alguien que cuando menciono a qué circunstancia personal está acomodado.

También he estado estudiando, leyendo, escuchando, entregando, ideando, caminando, soñando, hablando. Por días entro en un sin fin de actividades que poco se parecen a esos otros  en los que puedo descansar por horas debajo de un abanico, o meditar, o comer poco. No ha sido un ritmo desenfrenado, simplemente diferente a mis primeros meses en México.

A manera de conclusión sigo aquí, sigo muy viva, muy diferente, oyendo cuantas cosas pueden ser posibles y soñando, definiendo, planificando lo que quiero ahora.