Hace justamente un mes estaba migrando todos mis escritos del blog a esta nueva plataforma. Ese era el inicio de una serie de cambios que había querido hacer pero no lograba ni planear adecuadamente y mucho menos concretar.
Así que hoy quise regresar a escribir, que ha sido siempre una manera de soltar de la mente y del presente lo que ya debe pertenecer al pasado.
Han sido semanas extenuantes física y emocionalmente.
Aunado al proyecto de emprendimiento digital que estoy haciendo, (la nueva plataforma de coaching para personas que están empezando o queiren empezar su marca personal, es decir la manera en la que otros los identifican y tienen en mente, he hecho muchos otros cambios a nivel personal) me cambié de casa, tras un intento fallido el mismo día de la mudanza que tuve que cancelar y buscar otro lugar que gracias a Dios encontré en menos de 48 horas.
Organizarme por fin en un espacio propio después de un año de haber regresado a México, un sin fin de emociones y pensamientos corriendo por mi mente mientras intentada adaptarme a la nueva rutina, sin descuidar ni las clases de la universidad, ni a mi hija, ni la nueva certificación que estoy cursando. Afortunadamente hace 4 meses empecé a ir al gimnasio y esto me dio la resistencia física para todo lo que debía hacer y anímica pues ir al gimnasio además de ser un ejemplo de voluntad es un tiempo que me regalo a mi misma para recargarme, fortalecerme y retarme.
He aprendido mucho estas semanas especialmente en la parte técnica y me ha servido para entender mis emociones y la resistencia al cambio que a veces veo en las sesiones de coaching que guío, y no porque no queira hacer todos estos cambio, sino porque enfrentarse a nuevas herramientas, nuevas formas de ver tu vida supone dejar atrás esquemas que no alcanzas a ver cómo ni cuándo estás dejando, no es algo consciente del todo simplemente se va dando y no puedes pararlo porque sabes que es parte de tu sueño, de tus proyectos, y que no puedo ser la misma. Van llegando nuevas perspectivas, herramientas, ideas, personas, soluciones.
El miedo, el caos, el agobio que antes sentía al iniciar un proyecto y que servían como refugios para parar o quejarme o regresar a lo que estaba acostumbrada, ya no me resulta útil, ni interesante, así que ha sido como cambiar de piel y ha pasado muy rápido… simplemente un par de semanas incómodas en las que me movía de un lado a otro, en mi interior, para entender y acomplarme a lo que estaba pasando. Hace tan solo dos días que pude ver lo que pasaba en mí, lo que estaba logrando y eran cosas que no estaban planeadas pero que la vida te entrega como regalo al vivir y hacer real un proyecto.
Quiero llegar a más personas, quiero ser una herramienta, un puente, una mano que se tiende y un par de óidos listos y atentos, una frase que empuja, ayuda y acompaña. Quiero seguir hablando de cómo se puede lograr, de lo que se siente en el proceso y que pocas personas cuentan al centrarse más en asuntos técnicos. Espero que mi grano de arena sea como abrir el apetito y cada quien escoja su menú.